Ayer tuve uno de los mejores cumpleaños que he tenido en mucho tiempo. Gracias a todos/as por las felicitaciones, los e-mails, las llamadas...
Mi día empezó temprano con un paseo por el campus de UIC y una visita a la s galerias de Peoria Street mientras esperaba que mi clase de escultura empezara. De una a tres y media clase de escultura. Aunque no lo creais, un muy buen comienzo del día para mi.
Después de clase, mi marido, que es el más mejor del mundo mundial, se tomó la tarde libre para pasarla conmigo en Chicago. Nos fuimos a merendar a Biter Sweet junto con Mila. Después de merendar paramos en una librería de libros usados dónde, debo confesar, encontré el primer libro usado que me he comprado que valga realmente la pena (The Bride and the Bachelors). Más tarde, después de que Mila nos ensñara su nueva vivienda en Clark Street, nos dirijimos a casa por Western Avenue y se nos ocurrió parar a cenar en Byte...mi pastel de cumpleaños fue un trozo tarta caliente de manzana y arándanos con nata.
Sorpendentemente no me dormí en el coche del camino a casa. Aguante despierta y Humphrey y yo hablamos...ambos nos sentimos afortunados por tener la oportunidad de realizarnos profesionalmente, oprtunidad que va acompañada de duro trabajo y esfuerzo (sobretodo por parte de Humphrey, debo admitir). Nos dimos cuenta que en realidad tenemos suerte de que tener la oprtunidad de que nuestras pasiones se hayan convertido en nuestras profesiones y que aquello que nos define no es tan solo un título universitario sino un modo de vida. Al finalizar la conversación, la conclusión fue obvia: de lo que somos más afortunados es de tenernos el uno al otro.
Gracias a todos/as, en especial a Humphrey, por un día tranquilo y lleno de momentos especiales.
jueves, septiembre 14, 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario