Bueno, ya era hora. A ver si esta vez consigo ponerme en forma de una vez por todas. Gracias a Florencia, por fin me he hecho miembro de un gimnasio al que estoy consiguiendo ir regularmente, todo sea dicho, gracias a que tienen televisores en cada maquina y asi puedo por fin ver mis programas favoritos de bricolage y decoración en TLC.
Bueno, sea como sea, el caso es realmente lo necesito. Como ya sabeis los que me conoceis bién, a mi lo del ejercicio no me ha gustado nunca. Siempre he sido patosa y poco competitiva, asi que cada vez que tocaba clase de gimnasia en el instituto para mi era un real suplicio. Si a eso se le añade las diversas lesiones que he ido "adquiriendo" a lo largo de los años, pues vamos, que lo del ejercicio no se me hace muy placentero. Encima con la edad cuesta cada vez más y despues del gimnasio me duelen partes del cuerpo que ni tan solo sabia que existian.
Supongo, bueno, sé, que la gota que ha colmado el vaso es el ritmo de peso ganado desde que vineimos a vivir a EEUU. El los ultimos años, a causa de una combinación de varios factores (alimentación, sedentariedad, medicación), he ganado 17 quilos. Si, 17. Hoy me he puesto a calcularlo y casi me da un patatús. Pero bueno, lo cierto es que no me avergüenzo de ello pero si me preocupa y obviamente me hace ser consciente de mi apariencia tanto como para escribir sobre ello. Seamos sinceros, como a la mayoria de las mujeres en el mundo me gustaria estar delgada y lucir un cuerpo fabuloso y cada vez que me veo la doble papada y los michelines (los rollos para los argentinos), me da un vuelco el corazón, no solo porque no me gusta sino porque simplemente no me reconozco. A la vez debo reconocer que no tan solo me pone mal estar rellenita, lo que más me jode, si me jode y mucho, es sentirme asi por el hecho de estarlo. Es decir, me cabrea que el ideal de belleza sea tener una cintura casi tan estrecha como el cuello. Aún asi soy una más de las que caen en la trampa de adaptación a los aquetipos de feminidad.
Mañana toca gimnasio otra vez.
domingo, septiembre 24, 2006
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