A estas alturas una ya sabe que la vida no son todo flores pero tampoco todo penas. Los ultimos dos meses han estado llenos de estres y nervios por terminar la carrera y por mantener el trabajo, y a dia de hoy lo primero se consiguó a duras penas y por los pelos y lo otro fue un intento fallido. Mañana me graduo por fin después de muchos años acumulados en universidades de aquí de de allá. Siguiendo la tradición Estado Unidense, me pondré la túnica y el gorro (en este caso azules, pues es el color de la University of Illinois at Chicago) y caminaré nerviosa para recoger mi título de licenciada en Bellas Artes concentrandome para no tropezar y caer delante de la aundiencia de otros tantos graduados. Como casi todo en esta vida, el fin de la carrera trae un sabor agridulce. Satisfecha y contenta de haber consguido un titulo universitario, ahora entro en las filas de miles de licenciados ( y no licenciados) sin empleo. La economía esta mal, aqui y en todas partes, y el empleo siempre ha sido escaso para los de mi profesión. Mi consuelo estaba en que yo tenía empleo desde hace dos años y lo seguiría teniendo almenos hasta el final del verano. Pero no ha sido asi. Ambas, la directora de la galería y yo, hemos sido despedidas porque en tiempos de crisis el arte, o si más no aquellos que nos dedicamos a promocionarlo, somos dispensables. A finales de mes recogeremos nuestros bartulos y dejaremos atrás tdodo el esfuerzo que pusimos para ayudar a otros artistas a lanzar sus carreras.
Y, como bién se dice, la vida sigue (por suerte) y ahora debo concentrar mis energias a arreglar la casa que pronto hay que poner a la venta y a buscarle un nuevo hogar a Humo al que con mucha pena hemos decidido dejar aquí y al que echaré tanto de menos que no consigo si quiera escribir esta linea sin que se me salten las lagrimas.
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