Trece

Ya sé, ya sé, hoy es día catorce, día de los enamorados y esas cosas. Tranquilos que esta va de amor, jejeje.

Como algunos sabreis ya, mi querido marido Humphrtey es un tanto maniático a la hora de comer. En especial tiene muchisimo asco al queso y a las bebidas alcohólicas. Si, si, un español que no soporta ni el manchego ni el tinto. Es tanta su aversión que no consiente comer o beber nada que haya podido tener ni tan solo remoto contacto con alguno de estos productos, así que cada vez que comemos fuera, en un restaurante, para evitar cualquier posible "contaminación" no pide vino y le dice al camarero que es alérgico al queso - lo cual es mentira pero como si lo fuera porque solo de oir la palabra queso se pone palido.
El caso es que el domingo pasado - aqui viene la parte amorosa ;oP - nos fuimos a celebrar nuestro décimo tercer aniversario (trece añitos que llevamos juntos queriendonos mucho ;oP). El plan fue comida en Vinci y teatro en el Steppenwolf Theatre. Bueno, pues obviamente comer en un restaurante italiano conlleva sus riesgos con respecto al queso y al vino.Pero, como siempre, a la hora de pedir le mencionamos al camarero que Humphrey es alérgico al queso (repito, no es cierto) y el camarero nos asegura que lo que hemos pedido no lleva queso. Hasta aquí todo bién. Mientras esperamos que nos traigan la comida pasa un camarero con un plato de poletna que olia la mar de bién y al acordarnos que ya lo habiamos comido otra vez en este mismo restaurtante y que estaba riquísima decidimos pedir una como aperitivo. La polenta de Vincis es la polenta mas rica que he comido en mi vida. La hacen a la brasa y te la sirven con setas también braseadas y un caldito que esta para chuparse los dedos. Al cabo de cinco minutos nuestro camarero nos presenta con la esquisitez de la casa y nos ponemos manos a la obra. Humphrey la parte y me sirve un trozo de polenta y una seta con un poquito de jugo (que guapo mi niño como me cuida ;oP) y corta otro trozo y selo sirve. Mientras me dispongo a echarme el primer bocado a la boca veo a nuestro camarero dirigirse velozmente hacia nuestra mesa y casi sin aliento para a Humphrey antes de que el pueda comer la rica polenta. Se ve que la polenta en questión, y en relidad creo que toda polenta que se precie, estaba hecha con un poco de queso parmesano. Porsupuesto, la cara de Humphrey cambia de color imediatamente pero no a blanco sino a rojo. La mia también se vuelve roja. Ambos nos alegramos de que el camarero nos alertara y le damos las gracias, aunque él se siente mal por no habernoslo advertido cuando la pedimos y se disculpa de mil y una maneras. Pero nuestras caras estan rojas y las acompanamos de una leve sonrisa complice, porque nos sabe mal que el pobre camarero viniera corriendo a avisarnos sobre el ingrediente secreto de la polenta pensando que Humphrey podria haber sido grabemente intoxicado debido a su "alergia al queso". Aguantandonos la risa como podemos, seguimos comiendo, yo la polenta y Humphrey las setas. El resto de la comida se desarrolla sin mayor problema y disfrutamos de un par de fritatas increibles. Después de comernoslas no nos queda sitio para postre, aunque yo pocas veces logro resistirme a un buen tiramisú. Pedimos café y nos lo tomamos con calma ya que son las dos de la tarde y el teatro no empieza hasta las tres. De repente nuestro camarero aparece con un pequeño obsequio de la casa como disculpa por su herror conlo de la polenta. Al lado de cada una de nuestras tazas de café posa una copita de licor de limón. Se lo agradecemos y en cuanto nos deja a solas yo no puedo aguantarme más la risa. Recordar, Humphrey no solo le tiene adversión al queso sinó también al alcohol. Obviamente no le decimos nada al camarero, bastante lo habiamos traumatizado ya al pobre, así que me toco beber todo lo que pude de ambas copitas (yo tampoco es que sea una gran bebedora) para no quedar mal y me fui un contentilla a ver la obra de teatro, jejeje.
Y bueno, la mayoria de la gente ve esto de las manias de Humphrey como un inconveniente pero en trece años de convivencia sus manias nos han traido un montón de anegdotas, risas y buenos recuerdos. Espero que por lo menos tengamos trece años mas de una vida juntos, manias incluidas, que no combiaria por nada en el mundo.
¡Felicidades cariño!